La presión arterial es la fuerza con la que la sangre choca con las paredes arteriales y hablamos de hipertensión arterial cuando esa presión de la sangre en los vasos sanguíneos es demasiado elevada (mayor a 140/90 mmHg), produciendo daños en diferentes órganos, principalmente en el corazón, cerebro, riñones, arterias y ojos, y es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
Estos son algunos datos importantes que debes conocer:
- Es la enfermedad cardiovascular más común en el mundo, se estima que afecta a 1 de cada 3 adultos, alrededor de 1300 millones de personas.
- Casi la mitad de los pacientes hipertensos desconocen este diagnóstico, incrementando las complicaciones.
- Solo 1 de cada 5 adultos hipertensos tienen un adecuado control de su enfermedad.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
- Edad mayor de 65 años
- Causas genéticas (historia familiar en primer grado)
- Sobrepeso y obesidad
- Sedentarismo
- Consumo frecuente de alcohol
- Tabaquismo
- Incremento de la sal en la dieta
- Enfermedad renal
- Diabetes Mellitus
¿Cuáles son los síntomas?
- La hipertensión arterial es un asesino silencioso, la mayoría de los pacientes solo experimentan síntomas cuando ya existe compromiso de órganos.
- En algunos casos los pacientes pueden presentar dolor de cabeza, mareo, pitos en los oídos, visión borrosa, hemorragia nasal, opresión en el pecho, entre otros.
- En las crisis hipertensivas (presión arterial mayor a 180/120 mmHg) algunos pacientes pueden presentar dolor intenso en el pecho o espalda, alteración del estado de conciencia, déficit neurológico (pérdida de la fuerza de alguna extremidad, dificultades para el habla, desviación de la comisura labial, entre otros) o dificultad para respirar; en estos casos el paciente deberá consultar de inmediato a un servicio de urgencias.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
- El diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud (médico general o especialista).
- El diagnóstico se basa en demostrar una presión arterial por encima de 140/80 mmgH y se considera una presión normal-alta por encima de 130/80 mmHg (en este punto ya se deben iniciar intervenciones no farmacológicas).
- Los principales métodos para el diagnóstico son:
- Toma seriada de la presión en el consultorio (con un tensiómetro y la técnica adecuados).
- Monitoreo en casa con dispositivos calibrados y avalados (ver listado en https://www.validatebp.org/)
- Monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA): en algunos centros permite además evaluar el fenotipo de la hipertensión (características individuales que ayudan a personalizar el tratamiento).
- Se recomienda la medición de la presión arterial en toda consulta médica para incrementar la probabilidad de diagnóstico, principalmente en personas mayores de 40 años.
¿Cuáles son las principales complicaciones?
- La hipertensión no controlada puede producir daños cardiovasculares graves, como el infarto agudo al miocardio, la insuficiencia cardiaca, arritmias.
- Enfermedad arterial: enfermedad carotídea, enfermedad arterial periférica, alteraciones de la aorta como aneurismas y síndromes aórticos agudos
- Accidente cerebrovascular (isquémico o hemorrágico)
- Insuficiencia renal crónica y necesidad de diálisis
- Ceguera por daño de la retina
¿Cómo se trata?
- El tratamiento se basa en 2 pilares fundamentales: cambios en los estilos de vida (medidas no farmacológicas) y los fármacos antihipertensivos.
- Es fundamental una alimentación saludable y baja en sodio
- Se recomienda realizar actividad física, al menos 150 minutos a la semana que incluya ejercicio aeróbico y de resistencia.
- Bajar de peso si tiene obesidad o sobrepeso
- Dejar de fumar y disminuir significativamente el consumo de alcohol
- Adecuada hidratación
- Los fármacos antihipertensivos deben ser indicados por su médico.
- Se deben tratar las comorbilidades y hacer un adecuado seguimiento médico.
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